MUSICA Y NIEVE

Y dicen que esto es normal, pues yo, que quereis que os diga, tengo unos cuantos años y no recuerdo un invierno como éste, y la verdad es que estoy hasta el pompom de nieve y de frio, de no poder transitar por la ciudad sin riesgo de romperme una pierna, porque no sé en vuestros pueblos, pero en el mío la sal (y el sol) brilla por su ausencia, quitando, como no, los sitios más céntricos y más vistosos.
El caso es que ayer era un día para hacer cualquier cosa menos para subir a Madrid, y lo dudé, vaya si dudé. Pero me costó solo unos minutos decidirme. Luego me abrigué como si fuese el tío que anuncia los neumáticos michelín y bajé a la calle a tratar de averiguar, primero, cual era mi coche, y segundo, quitar del parabrisas la nieve helada para poder visualizar algo.

Hora y media después estaba en un garito de Chueca con una cerveza en la mano. En ese momento me alegré de mi decisión.

El genio al que fui a ver se llama Toni Zenet, ya le conoceis algunos, porque he estado haciéndo campaña a mi alrededor, cual si me dieran comisión por la venta de sus discos.

Le vi la primera vez a primeros de diciembre, en el Festival de Jazz de Madrid. Tocó con su banda, y fue espectacular. Todos los que fuimos salimos entusiasmados.

A partir de ese día le seguimos unos cuantos de mi familia y amigos, allí donde va. Hace dos o tres semanas estuvo en una taberna llamada Rinconete, cerca de La Latina, y con él, en el escenario, sus dos fieles escuderos, Javier Viana a la percusión y José Taboada a la guitarra.

Con unas letras maravillosas de Javier Laguna y y la forma tan particular que tiene Toni de expresarlas. Trasmite tanto este hombre con cada gesto de su mano, con cada movimento de ojos..., que es todo un espectáculo poder disfrutar de él.

Actúa en Alcobendas en el mes de Abril y en Leganés en Mayo. Si no le habéis visto hasta ahora ya estais tardando.

Mi cuerpo llegó a casa muy tarde y muerto de frío, pero mi corazón volaba, solo y alto, al compás de uno de sus boleros.