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miércoles, 8 de octubre de 2008

Tengo que cambiar el chip

Como ya sabeis no tengo muchos temas de los que hablar con vosotros, que no tengan que ver con hospitales y enfermedades varias. Ya va a hacer un mes que ingresaron a mi padre. Mi tía está malita también, ya os he hablado de ella en un post anterior y ... como dicen que no hay dos sin tres, hoy ha entrado en quirófano mi cuñado Ramón. Ya le habían intervenido hace un tiempo, pero algo salió mal y han tenido que repetirle la operación. Hoy no hemos podido verle pero dicen que todo ha salido bien, dentro de lo previsto...

... y hasta aquí puedo leer.


Aparte de eso, el día de hoy, jueves 8 de octubre, para mi, ha sido como sigue.

Me he levantado a las 7 a.m. Ducha, como siempre, zumo de naranja recién exprimido, y al trabajo. En el curro estoy haciendo un curso de Office avanzado y de 10 a 13 horas, me encierran en un aula junto a otras 14 personas y Gloria, una profe muy jovencita y por cierto, muy mona, intenta enseñarnos como hacer macros, plantillas, tablas y otras cosas así que, seguramente, no usaremos en la vida y que solo nos servirán para acumular en nuestro disco duro cerebral más información de la que precisamos, y por ende, más basura.

Regreso a mi sitio habitual, de 13 a 15 horas, e intento hacer en ese rato todo lo que no he podido desarrollar en la mañana, con lo que acabo estresadísima y con un dolor de cervicales de órdago a la grande.

A las tres he recogido la mesa (siempre me gusta dejarla ordenada y limpia, una tara que tengo y que es incurable), he hecho una llamada importante y he bajado a fichar.

Me he dirigido hacia el tren de cercanías, que está al ladito del ayuntamiento, y he cogido el tren de las 15,20 horas. A las 15,50 h. llegaba al Doce de Octubre.

De esa hora en adelante mi cuerpo ha deambulado de habitación en habitación, mi papi, mi tía, Ramón (cambiando primero de hospital...) y he aterrizado en casa justo para quitarme con una espátula los zapatos (que llevaban puestos 14 horas en mis pies) y pegarme una ducha.

En esa ducha he dejado, no solo los olores a eso que huele en los hospitales, sino que también se ha ido parte del cansancio que traía conmigo.


Pero he de cambiar la temática de mi blog, porque ultimamente todo son penas, y no quiero contagiaros.

Solo quería daros un beso de buenas noches y desearos mucha salud, y... prometo no hablaros más de ...
¡No dejéis nunca de sonreir!

5 comentarios:

  • A las 19:08 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    ¡Ay, los putos momentos duros, joder! Vienen siempre junticos... Bueno, te mando un beso enormemente grande y ánimo para pasar la mala racha... ¡Venga, que sólo será eso!

     
  • A las 00:52 , Blogger A corderetas con mi alma: "Corde" ha dicho...

    Querida, comprenderla, más bien que la comprendo, ya sabe por qué. Por aquí son las fiestas y hoy, por fin tengo algunos días "libres". "Libres" porque el estrés de un hospital puede con el alma, con el cuerpo... Pero, que sepa, que hoy he sonreído durante al menos una hora. Porque, querida, aunque haya días que cueste nos merecemos al menos sonreír como perchas de vez en cuando. Ánimo guapa.
    Un besico.

     
  • A las 08:53 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Pues mucho ánimo, muchos besos y muchos abrazos... como dice madame... será una racha, y pasará, como todo pasa...
    Besos

     
  • A las 12:50 , Blogger Davidik ha dicho...

    Espero que la temática del blog se vuelva más positiva pero no porque usted se esfuerce para ello, sino porque todos los hospitalizados salgan de una vez y que no tengan que volver a pisar un hospital en muchos muchos años.
    Un beso muy grande Ani, y mucho ánimo!

     
  • A las 14:56 , Blogger Ani ha dicho...

    Gracias
    gracias
    gracias
    gracias
    por vuestros ánimos y
    por estar siempre.
    Un montón de besos

     

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