Cabeza loca

Me han mandado un mail con una especie de chiste, seguro que le conoceréis... es sobre un tío que va caminando y encuentra una lampara mágica, la frota y, como no, sale un genio que decide concederle un solo deseo.

El hombre en cuestión le pide que le haga un puente de Madrid a Nueva York para poder ir en coche, ya que le da miedo volar y tiene muchas ganas de conocer esa ciudad. El genio le explica que lo que le pide es imposible, demasiado complicado y costoso... Entonces es cuando el hombre le explica que lleva tres divorcios y que siempre las mujeres que han pasado por su vida le han tachado de insensible, de no escucharlas, de no preocuparse suficiente. Así que, después de pensarlo un rato le pide al genio que le conceda el entender a las mujeres, quiere saber por qué lloran cuando lloran, por qué sufren por cosas que él no considera importantes, necesita saber cómo sienten para poder entenderlas...

El genio entonces le dice que si el puente a Nueva York le quiere de dos o de cuatro carriles...

¿Es tan difícil entendernos? Las cosas que pensamos ¿son realmente tan estrambóticas y descabelladas?

A veces parece que se me va la vida, que no voy a poder conseguir esa tranquilidad que tanto anhelo, esa seguridad que me gustaría tener en que lo que hago está bien hecho, en que las decisiones que tomo son las acertadas, en que no me estoy equivocando, en que no llegará un momento en que todo se me vuelva del revés y me dé de bruces contra el suelo...