El sufrimiento en exposición

En 1994, el genial fotógrafo documentalista sudanés Kevin Carter ganó el premio Pulitzer de fotoperiodismo con una fotografía tomada en la región de Ayod (una pequeña aldea en Sudan), que recorrió el mundo entero.
En la imagen puede verse la figura esquelética de una pequeña niña, totalmente desnutrida, recostándose sobre la tierra, agotada por el hambre, y a punto de morir, mientras que en un segundo plano, la figura negra expectante de un buitre se encuentra acechando y esperando el momento preciso de la muerte de la niña.
Para la consecución de una foto mejor esperó unos veinte minutos a que el buitre abriera sus alas, lo cual no llegó a ocurrir y finalmente lo ahuyentó para proteger a la niña. Se sabe poco sobre qué fue de ella. Según Carter, se recuperó lo suficiente para seguir su camino. Sin embargo fue objeto de duras críticas por aprovechar la situación para su propia fama, llegándose a comparar al fotógrafo con el buitre.
Al recibir el premio, Carter declaró que aborrecía esa fotografía, que aún siendo la foto más importante de su carrera, no estaba orgulloso de ella.
Tras ello pasó de reportero a fotógrafo de naturaleza. Pero poco después, agobiado por la presión de las críticas y coincidiendo con la muerte de un amigo, el 18 de abril de 1994, Kevin Carter se quitó la vida.
Tras ello pasó de reportero a fotógrafo de naturaleza. Pero poco después, agobiado por la presión de las críticas y coincidiendo con la muerte de un amigo, el 18 de abril de 1994, Kevin Carter se quitó la vida.
¿Es cierto que la cámara funciona como una barrera que lo protege a uno del miedo y del horror, e incluso de la compasión...?
Este próximo sábado, a las 21,30 horas, Canal plus emite un documental titulado "La muerte de Kevin Carter".
6 comentarios:
A las 01:29 ,
Anónimo ha dicho...
Una de las cosas por las que decidí no dedicarme al peridiodismo, prefiero considerarme "juntadora de palabras con cierto sentido... o no", es que en primero de carrera la insigne Elena Lowi nos dijo que un periodista informa, no ayuda. De acuerdo, pero yo me bajé del carro en ese mismo instante. Hay que tener muchos cojones y yo sólo tengo ovarios y un útero machacao.
A las 11:07 ,
Anónimo ha dicho...
Yo tampoco podría NO INTERVENIR en las cosas que viese. Muchos reporteros de guerra han hablado de este tema y dicen que tienes que limitarte a enseñar al mundo lo que tienes delante, lo que sucede a tu alrededor, pero hay que ser de una pasta especial.
¿Cómo va el artículo sobre el Skate? Resulta extraño la ausencia de sus posts..., se echan de menos. Bsss
A las 13:18 ,
Anónimo ha dicho...
Ay formas y formas de informar... Estoy de acuerdo cin Madamme, es lo primero que se explica y éso que durante varios años yo quise ser corresponsal de guerra (se me fue de la idea con aquella frasecita). Cierto es que no se puede ayudar a todo el mundo,pero,que se juzgara con doble moralidad al fotógrafo...Porque algunos de los que le juzgaron, tendrían explotaciones en media África o volvían la cabeza para no ver lo desagradable de algunas imágenes...
Desde luego, yo conocí a periodistas que venían a Guinea y que ayudaban en lo que podían (sus maletas iban llenitas de medicaciones contra la malaria para el hospital de Malabo, por ejemplo)
A las 13:47 ,
Anónimo ha dicho...
Yo también quise ser corresponsal de guerra pero tras unas prácticas en la tele de mi pueblo cargando trípode se me quitaron las ganas, (la política de mi pueblo es casi de guerra), ahora en serio, no tengo carácter para aguantar situaciones límite, acabaría montando una ONG y no es plan. Corde, ¿Guinea? Una buena amiga mía vivió allí, conozco a unos cuantos que pasaron por el instituto español y con los años acabaron en Tetuán....
A las 18:28 ,
Davidik ha dicho...
Como en todas partes en este mundo hay de todo. Esta historia es muy conocida, pero parece ser que el tío sintió remordiminto sólo cuando los periódicos empezaron a criticarle... pero no sé, a ver qué cuentan hoy n el documental. Hay gente como Sebastiao Salagado que no tiene los más mínimos escrúpulos, hace lo que sea para conseguir la foto y no le interesa nada la gente a la que fotografía ni pretende denunciar nada. Y hay otros omo Stanley Greene que ha hecho mucho, en base a sus fotografías pero yendo más allá, por denuniar cosas como la situación de Chechenia o los asesinaos de Putin. Desde luego hay que estar hecho de una pasta especial. No es inompatile fotografiar y ayudar, pero muchas veces la mejor y la única ayuda posible es hacer la foto y usarla para denunciar lo que pasa (eso conlleva sabér dónde la expones, poner texto a las imágenes... y no limitarse a mostrarla en una gran salón de fotgrafía de París para forrarse). Hacer eso (no ayudar en el momento) puede ser dificil, pero a veces hacer lo contrario puede ser un suicidio. Un fotógrafo de guerra tiene que tener la cabeza fría. Para mí limitarse a hacer la foto (que ya es dificil y peligroso de por sí) no me parece inmoral siempre y cuando se haga y se use con ánimo de denuncia. Pero claro que en esto, una cosa es decirlo y otra hacerlo.
A las 15:18 ,
Jose ha dicho...
LA foto la recuerdo...impactante. Y la doble moral con la que se hace la foto...nunca sabremos que pasaba por la cabeza del fotografo cuando la hizo?Dinero, exito, fama, tristeza, desesperacion...
Lo que esta claro es que no tenia la sangre tan fria y no pudo soportar el hecho de que la gente pensara de el como un ser sin escrupulos y acabo con su vida. Creo que la foto valio la pena hacerla, ya que ella mismo denuncio el estado de la sociedad africana en gran parte. Quiza si hubiera donado el dinero del premio...es dificil juzgar
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