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viernes, 23 de marzo de 2007

Tristeza y Poder

EL HOMBRE FELIZ

Un rey, entristecido por la pérdida de su reina, legó su poder en su único hijo, un príncipe lleno de virtudes, guapo y bondadoso, que defendía el reino sin dar descanso al enemigo, tocaba el violín a las mil maravillas, cuidaba la naturaleza, pero... ¡No era feliz! Y así se lo comunicó a su padre.
El rey, alarmado por la desconcertante noticia, se rodeó de sabios y después de varios días llegaron a la conclusión de que debía buscar la camisa de un hombre feliz. Pero, ¿cómo debía ser un hombre feliz...? Pues un hombre que estuviera agusto consigo mismo y que no quisiese cambiar su condición, ni por dinero, ni por poder, ni por nada.

El rey y sus soldados se pusieron a preguntar por aquí y por allá, pero no encontraron a ningún hombre con semejantes características. Hasta que encontraron a un leñador y...

- "¿Eres feliz?", le preguntó el rey.
- "Sí, majestad, soy feliz" respondió el buen hombre.
- "Pues te nombraré concejal de urbanismo", contestó el rey.
- "No, por favor, ya soy feliz y no quiero cambiar nada de mi vida, ni las de los demás"

Inmediatamente, el rey ordenó que despojasen al hombre de sus ropajes, y cual fue su sorpresa al descubrir que debajo de la capa que llevaba, el hombre feliz... no tenía camisa.

9 comentarios:

  • A las 12:31 , Blogger Cecil ha dicho...

    Yo solo tengo una camisa, y cuando no la uso no estoy especialmente contento... Creo que no he pillado bien la moraleja, ¿no?

    No creo que el poder vaya impepinablemente ligado a la tristeza, quizá sí el ansia de poder, que es más jodido. ¿A qué se deberán, pues, mis días tristes, si el poder y/o su carencia me la trae floja? ¿Será la menstruaçao? Hurm... Dr. House!

     
  • A las 12:48 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Aquí el doctor House...¿Qué te pasa, Cecil? Despójate de la camisa, que te ausculto... Mmmm, sí, eres un poquillo feliz, a raticos, como todos...

     
  • A las 13:13 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Yo sobre felicidad e infelicidad no comento, que se me verá el plumero. La moraleja será que no hace falta ser rico y poderoso para ser una persona feliz (¡soy tan lista!).
    Yo prefiero despojar las camisas de los hombres,pero sólo por razones sentimentales y/o sexuales. Vale, estoy un pelín desesperaíta, pero en los cuentos nunca nos han contado las necesidades sexuales de sus protagonistas y por eso, a mí los cuentos últimamente....Me callo, que estoy desvariando.

     
  • A las 13:39 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Yo a veces soy feliz... ¿no? supongo que eso será ser feliz ¿verdad? pero no siempre, bueno a menudo no, o ¿no es para tanto?... qué lío... por eso escribo un blog.

    Besitos para todos...

     
  • A las 18:41 , Blogger Davidik ha dicho...

    Yo también a ratos, para no variar. No me gustan las moralejas pero para mí que no es la que dice Corde, sino que lo importante es no perder la perspectiva de las cosas que realmente valen la pena en la vida. Es decir, estoy seguro de que ni siquiera el leñador es feliz en cada momento, aunque él diga que sí. Pero al menos lo es siempre que puede porque sabe que la felicidad no se la dará una concejalía de urbanismo. La moraleja es que la felicidad, aunque sólo sea la relativa, está en saber que la felicidad no está en la concejalía de urbanismo. Qué lío...

    A mi me pasa algo así (y a ustedes también), no siempre soy feliz, pero sé cuales son las cosas que hacen que la vida valga la pena (véase post de corde) e intento practicarlas siempre que puedo.

     
  • A las 01:43 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Estimada: ¿no sabrá de usté nada de cierta persona a la que van a obligar a dormir en el fondo de un jardín, verdad?

     
  • A las 10:59 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Sólo sé de una hipocondríaca y una viejales que se lo han montao de lujo...

     
  • A las 14:12 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Reenvíeme ese correo del que se me ha excluído, pó Dió. Estoy en franca desventaja y así la lucha no va a ser pareja. Justicia ante todo y maricón el último. A no ser que quiera o sea usté el alma pensante de tan horrible contubernio hacia/para mi denostada persona.

     
  • A las 14:57 , Anonymous Anónimo ha dicho...

    Pido disculpas a vuecencia. He sido víctima, dado mi candor y el hijoputismo de algún mal llamado amigo en connivencia con su señá pareja, de una broma orquestada al hilo de la maldad que corre por nuestros correos electrónicos. Dicho esto, me voy a Zaragoza, donde se me aprecia y no soy objeto de este tipo de contubernios con el propósito de reirse de mi persona. Cuánto zufrimiento hemos de sufrir las personas cuasi perfectas. Snif.

     

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