Victoria Station

Donde te encuentres... para lo que desees...

lunes, 18 de octubre de 2010

Facebook o la exhibición de uno mismo

"Lo más preocupante de este afán generalizado por estirar el cuello y estar presente, por gozar de cualquier grado de fama (así sea limitada y efímera), por exhibirse e informar al resto de los propios pasos, actividades, opiniones y gustos, es que, quienes lo padecen, abren perfiles en Facebook o alimentan Twitter con sus notitas por fuerza triviales, parecen haber perdido enteramente cierto instinto de conservación, que a lo largo de siglos ha hecho saber a la gente que no convenía dar demasiada información acerca de sí misma, y que hacerlo entrañaba peligro, porque cuanto uno revela, puede acabar utilizándose en su contra; puede deformarse y tergiversarse, ser objeto de burlas y chanzas (y no de admiración, como se pretende), ser aprovechado por sus superiores, sus empleadores, la policía, la, a veces abusiva Hacienda, el Estado..."(Javier Marías, en su artículo del El País dominical 3.0ct.2010)

miércoles, 13 de octubre de 2010

Todo un tesoro


Esperándote estábamos, desde hace tanto tiempo que ni imaginas. Te soñábamos incluso antes de que nosotros mismos supiésemos de tu existencia. Y esto ha sido un día 13, como el número de dientes que tendrás cuando vayamos a recogerte.
Tienes carita de haber llorado, y un pijama llenito de corazones de amor, de ese amor que tenemos guardado para que nunca más llores por eso, lo harás por que quieres un caramelo, o porque intentarás sacar a tu mamá de sus casillas, y echarás lágrimas de cocodrilo para conseguir lo que quieres.
Estoy segura que aprenderás pronto las artes de los niños de occidente, y como te sabrás aceptado y amado tal como eres, usarás esa carita preciosa que tienes para ablandarle el corazón a mamá y que te dé todos los caprichos.
Ya estás en nuestro corazón y en nuestras vidas, querido Lucas, solo quedan unas semanas y estarás también en el que será tu hogar.

viernes, 8 de octubre de 2010

CARANCHO


Ayer estuve en el cine, como sabéis soy una especie de frikie del cine, y no puedo pasar una semana sin ir, aunque solo sea un par de veces.
Tenía ganas de ver esta película. Adoro a Ricardo Darín, veo todo en lo que interviene de una forma u otra, y nunca me ha decepcionado, a veces no tanto sus películas, como su interpretación.
Qué dura realidad la que nos cuenta Trapero, una realidad oscura y sórdida, que aunque a veces parezca invisible, existe realmente en Argentina.
Los dos protagonistas, tanto Darín, como Martina Gusmán, esposa del director, están espléndidos, con una fotografía impecable y unos primerísimos planos de auténtica maestría.
Hay algunas escenas duras, repito, y lo que te cuenta, te lo cuenta a deguello, sin pensar en que tal vez tu necesites un poco más de dulzura, pero sin embargo hay algunas secuencias, un par de momentos, como por ejemplo el del bar, en la primera cita de los dos, que es muy tierna y a mi, por lo menos, me hace querer a Darín más de lo que ya le quería.

miércoles, 6 de octubre de 2010

Señora de la limpieza

Soy del 63. La mayoría de los que entrais en éste, mi rincón, sabéis eso, y también sabéis lo que he hecho yo en mi vida, y a lo que me he dedicado, a lo largo de todos estos años.
Estudié formación profesional, Secretariado para ser más exáctos, y claro, es lo que llevo haciéndo la friolera de 21 años. Y desde el año 89 que comencé siendo la secretaria de una periodista, pasando por una empresa de promoción de suelo, y terminando por el ayuntamiento, donde hago expedientes sancionadores, basicamente, lo que puedo decir que soy es eso, administrativo.
Pero antes de encontrar trabajo como tal, también hice otras cosas, entre ellas, ir por las casas promocionando el vídeo comunitario, despachando pan en una panadería, estuve en una tienda de caramelos muy conocida, en Gran Vía, llamada Caroline, de esas que te servías tu mismo... He cuidado niños, y por supuesto, también he limpiado casas.
No sólo lo hice durante mi estancia en Londres, que te decían que ibas de aupair, intentando hacerte creer que solo cuidarías a los niños, pero de eso nada, tenías que planchar, sacar brillo a la plata (es que en esa casa de las inglaterras en la que yo estuve había plata que limpiar, sí), sino que también lo hice aquí en Madrid, a mi regreso, en una casa en Ventas, donde eran 4 de familia, y aguanté cerca de un año.
Pues bien, en mis taitantos años de vida es la primera vez que tengo una experiencia como la que he tenido hoy.
Mientras yo escribo este post desde mi habitación, hay una señora en el salón de mi casa, que está planchándome toda la ropa que tengo pendiente de plancha, y que en lo sucesivo, me va a ayudar con la casa, sobre todo, en las tareas más ingratas y costosas.
Todavía no soy del todo consciente de lo que significa eso, o de lo que va a significar para mi.
El que yo pueda dedicarme durante dos horas a escribir en mi blog, a ver una película, o pueda salir a hacer ejercicio sin tener en la mente que tengo que ponerme en algún momento a planchar, eso que tanto odio y que me fastidia la espalda por días..., éso, creo yo, todavía no lo he podido apreciar.
Pero de momento puedo decir que me encanta, que es el mejor regalo que he podido hacerme, y que me lo merezco. No creo que pueda emplear ese dinero en algo más provechoso ni mejor para mi cuerpo y para mi mente.