Victoria Station

Donde te encuentres... para lo que desees...

martes, 30 de marzo de 2010

Un soplo de aire...



Me miró a través de los cristales de sus gafas y me quedé prendada de sus ojos..., esos ojos tan limpios, tan honestos y tan libres.

Me bastaron unas horas para saber que era una persona especial, diferente a todo lo que había conocido.

Su forma de hablar, de expresar sus sentimientos, su modo de mirar y de comportarse era absolutamente extraordinario..., por lo normal, por lo familiar que era para mi, como si antes, quizás en otra vida, hubiésemos estado juntos.

Descubrí algunas cosas esa noche, muchas sobre él y algunas, sobre mi, que tenía olvidadas..., cosas que pensé que jamás volvería a sentir.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El tren se marcha



Creo que no estoy aprovechando bien la vida, esta vida de ahora, la que me ha tocado en suerte.

Siento que tengo capacidad y disposición para hacer otro tipo de cosas, diferentes a las que hago habitualmente, y sobre todo, siento que tengo las ganas y el deseo de hacerlas.

¡Hay tanto mundo por descubrir..., tantas personas por conocer..., tanto y tanto por hacer...!

Tengo la sensación que estoy desperdiciando los recursos con los que cuento. La mayoría de las veces no los necesito, ¿para qué usarlos? Uno se levanta por la mañana con un cuadrante preestablecido. Todo está calculado.

Suena el despertador, te vas a la ducha, te secas, te das las cremas.

Abres el armario, coges la ropa y te vistes. Vas a la cocina, sacas tus grageas, ya sabes, que si aceite de onagra, que si lecitina de soja... Te las tomas con un gran vaso de agua. Vuelves al baño, pintate un poco, echate colonia y sal a la calle.
Conduces hasta el trabajo, aparcas y te tomas un café antes de subir. Llegas a tu sitio, ése donde vas a estar las próximas siete horas, sentada, haciéndo un trabajo que no te aporta nada en absoluto, bueno sí, ese dolor de espalda que se te coloca a media mañana y no hay forma de que se largue... Las mismas caras a tu alrededor. No hay nada sorprendente, nada que dependa de tu decisión, sólo el que no te afecte en tu estado de ánimo. Todo es mecánico y previsible. Los mismos problemas, la misma desidia de los demás y los malos modos. Luchas por mantener la calma interior, pones tu música... Tranquila Ana, sigue tu camino, ya queda menos para salir...

Y dan las tres. Vas a casa, te haces algo de comer ¡ufff.. tendrías que ponerte con la casa! Hay ropa para lavar, plancha, camas que hacer, pelusas que barrer... Luego compra. ¿Qué harás de cena?

Intentas darle un cambio a cada día, a cada tarde, sobre todo. Llamas a algún amigo o amiga para quedar... Te haces un cine... Lees un artículo que te interesa... Intentas compensarlo el fin de semana. Me encantaría conocer tantos lugares. La pasta se impone.
Y pasan los días..., las semanas..., los meses... y con ellos, los años.

Y así, sin casi darte cuenta, pasa la vida.

Tiene que haber otro modo de estar aquí. No puede ser que todo se reduzca a esto... Me rompo la cabeza pensando en las opciones que tengo de cambiar mi vida...

Y lo peor de todo es que sé la respuesta, y también sé el porqué de mis reparos...

jueves, 11 de marzo de 2010

Antonio Vega y Amaral

www.youtube.com/watch?v=GmACEL_ddnw

Si volviera a nacer, si empezara de nuevo,
volvería a buscarte en mi nave del tiempo.
Es el destino quien nos lleva y nos guia,
nos separa y nos une a traves de la vida.
Nos dijimos adios y pasaron los años,
volvimos a vernos una noche de sábado,
otro país, otra ciudad, otra vida,
pero la misma mirada felina.
A veces te mataria, y otras en cambio te quiero comer,
ojillos de agua marina.
Como hablar, si cada parte de mi mente es tuya
y si no encuentro la palabra exacta, como hablar.
Como decirte que me has ganado poquito a poco
tu que llegaste por casualidad, como hablar.
Como un pajaro de fuego que se muere en tus manos,
un trozo de hielo desecho en los labios,
la radio sigue sonando, la guerra ha acabado,
pero las hogueras no se han apagado aun.
Como hablar, si cada parte de mi mente es tuya,
y si no encuentro la palabra exacta, como hablar.
Como decirte que me has ganado poquito a poco,
tu que llegaste por casualidad, como hablar.
A veces te mataria y otras en cambio te quiero comer,
me estas quitando la vida, como hablar...

lunes, 8 de marzo de 2010

26 Jornadas de flamenco en Fuenlabrada


Hoy es domingo, bueno, ya lunes, porque marca el reloj la 01,13 minutos, lo que quiere decir que en unas seis horas mi despertador empezará a vibrar en mi mesita de noche, obligándome a darle un golpe y lanzarme a la ducha, con los ojos todavía cerrados.

He llegado esta tarde de viaje, he estado en el Valle del Tietar, ya os lo contaré en otro momento. El caso es que no pretendía hacer nada extraordinario al llegar a casa, salvo, eso sí, poner una lavadora, pero como eso sé que no tiene nada de novedoso, no os lo voy a relatar.

A la hora de estar en casa he decidido marcharme a dar una vuelta, y los pies me han llevado hasta uno de los centros culturales de mi localidad (miento como una bellaca, en realidad han sido las ruedas de mi auto)... Pero nimiedades aparte, os diré que al dirigirme hacia la entrada del centro cultural, donde había una exposición de pintura bastante interesante, he comprobado que el teatro que está sobre la sala de exposiciones tenía la taquilla abierta. He preguntado si había entradas, y cual era el espectáculo que allí se ofrecía, a lo que la señorita de detras del agujero me ha respondido que se estaba celebrando la 26 Jornada de flamenco de Fuenlabrada, y que hoy, que era el último día de las jornadas, actuaba Gerardo Núñez, un guitarrista, y Mayte Martín.

Lo he pensado durante 4 segundos exactamente y le he pedido una entrada, lo más cerca posible del escenario. Fila cinco, un poquito lateral, es lo que me ha tocado en suerte (el teatro estaba lleno casi a reventar).

Disponía de 35 minutos antes de que empezase, así que he visto la exposición de pintura, un poco rapidito, la verdad, y a las 8 en punto estaba sentada en el asiento 32 de la fila 5 del teatro, esperando ser sorprendida... Y vaya si lo he sido...

He asistido a dos horas y media de arte flamenco que no se podía aguantá.

La primera hora y veinte ha estado en el escenario Gerardo Núñez, guitarrista flamenco que me ha dejado con la boca abierta, acompañado de Jesús Méndez, cantaor; a la segunda guitarra, Manuel Valencia; al contrabajo, Pablo Martín, y en la percusión (cajón), Cepillo. Junto con una bailaora llamada Cármen Cortés, me han hecho pasar un rato inolvidable.

Pero lo que me ha llenado de gozo, sin duda, es haber podido disfrutar, en directo, de la voz de la gran Mayte Martín, con Juan Ramón Caro, a la guitarra.

Más de hora y media de buen flamenco de esta inseparable pareja de genios, que os recomiendo.

Voy a dormir a cuerpo de rey, mientras sueño con una bulería.

Va por ustedes...