Victoria Station

Donde te encuentres... para lo que desees...

jueves, 30 de octubre de 2008

La oficina


A veces hablamos del trabajo como algo tedioso, bueno, supongo que no siempre, y no todo el mundo, pero por norma general tendemos a quejarnos de eso tan famoso de: "¡¡... y mañana a currar!!".
Yo he tenido durante mucho tiempo un trabajo bonito, que me gustaba realizar. Me levantaba por la mañana y, sin pereza alguna, me iba directa a la ducha, como un rayo, porque me gustaba llegar a mi sitio y realizar ese trabajo. Aunque es cierto que cuando estaba ahí también me quejaba de algún modo, no de las tareas en sí, pero sí de la soledad, porque yo, donde estaba, no tenía compañeros. Otras veces protestaba por lo inquisitivo de mi jefe, por lo perfeccionista y lo tremendamente pesado que era a veces.
Ahora recuerdo todo eso y no puedo evitar echarlo de menos. Tenía muchas ventajas. Si había mucho trabajo me lo comía yo todo, si no lo había, me organizaba la mañana para hacer lo poco que hubiese y luego hacer cositas mías, que me producían placer..., no discutía con nadie..., bueno, sí, con mi jefe muchos días, pero ahora eso lo recuerdo como algo nimio, y seguramente para mi no lo fuera en ese momento..., lo que me hace pensar que solemos idealizar las cosas pasadas, las situaciones e incluso las personas que una vez conocimos y que ya no están, y que, con el paso del tiempo, quitamos hierro a las cosas malas y solo mantenemos las buenas en el disco duro de nuestro pequeñito, selectivo y caprichoso cerebro.
Un besito muy fuerte en este día tan frío.

domingo, 12 de octubre de 2008

QUEMAR DESPUÉS DE LEER


Sólo una entrada rápida para recomendaros la última película de Ethan y Joel Coen.
Una historia de personajes extraños, con una trama surrealista, pero no por ello menos creíble. En la línea que estos dos hermanos nos tienen acostumbrados, pero recordando sobre todo a películas como El Gran Lebovsky ó Fargo.
En esta cinta cuenta con actores de la talla del gran John Malcovich y con un sorprendente Brad Pitt. Ambos bordan sus papeles y por supuesto con alguno de sus ya habituales, como Frances Macdorman y George Clooney.
No dejéis de verla si queréis pasar dos horas de enredos estrambóticos y sobre todo, muy muy divertidos.
Hala! Ya tenéis plan para este domingo lluvioso.
Un besazo.

miércoles, 8 de octubre de 2008

Tengo que cambiar el chip

Como ya sabeis no tengo muchos temas de los que hablar con vosotros, que no tengan que ver con hospitales y enfermedades varias. Ya va a hacer un mes que ingresaron a mi padre. Mi tía está malita también, ya os he hablado de ella en un post anterior y ... como dicen que no hay dos sin tres, hoy ha entrado en quirófano mi cuñado Ramón. Ya le habían intervenido hace un tiempo, pero algo salió mal y han tenido que repetirle la operación. Hoy no hemos podido verle pero dicen que todo ha salido bien, dentro de lo previsto...

... y hasta aquí puedo leer.


Aparte de eso, el día de hoy, jueves 8 de octubre, para mi, ha sido como sigue.

Me he levantado a las 7 a.m. Ducha, como siempre, zumo de naranja recién exprimido, y al trabajo. En el curro estoy haciendo un curso de Office avanzado y de 10 a 13 horas, me encierran en un aula junto a otras 14 personas y Gloria, una profe muy jovencita y por cierto, muy mona, intenta enseñarnos como hacer macros, plantillas, tablas y otras cosas así que, seguramente, no usaremos en la vida y que solo nos servirán para acumular en nuestro disco duro cerebral más información de la que precisamos, y por ende, más basura.

Regreso a mi sitio habitual, de 13 a 15 horas, e intento hacer en ese rato todo lo que no he podido desarrollar en la mañana, con lo que acabo estresadísima y con un dolor de cervicales de órdago a la grande.

A las tres he recogido la mesa (siempre me gusta dejarla ordenada y limpia, una tara que tengo y que es incurable), he hecho una llamada importante y he bajado a fichar.

Me he dirigido hacia el tren de cercanías, que está al ladito del ayuntamiento, y he cogido el tren de las 15,20 horas. A las 15,50 h. llegaba al Doce de Octubre.

De esa hora en adelante mi cuerpo ha deambulado de habitación en habitación, mi papi, mi tía, Ramón (cambiando primero de hospital...) y he aterrizado en casa justo para quitarme con una espátula los zapatos (que llevaban puestos 14 horas en mis pies) y pegarme una ducha.

En esa ducha he dejado, no solo los olores a eso que huele en los hospitales, sino que también se ha ido parte del cansancio que traía conmigo.


Pero he de cambiar la temática de mi blog, porque ultimamente todo son penas, y no quiero contagiaros.

Solo quería daros un beso de buenas noches y desearos mucha salud, y... prometo no hablaros más de ...
¡No dejéis nunca de sonreir!