Cine, cine, cine, cine, más cine por favor...

Ayer fue la gala oficial del Festival de Cine de San Sebastián. Quentin Tarantino inauguró la sección Zabaltegi-Perlas con su nueva película "Malditos Bastardos". La película, que ganó en el Festival de Cine de Cannes el premio al mejor actor para Christoph Waltz, se proyectó en la primera jornada de la 57 edición, osea, ayer viernes 18 de septiembre.

La sección incluirá también otras películas premiadas en Cannes, como "Un prophète", de Jacques Audiard, que recibió el gran premio del jurado; o como "Kasi az Gorbehaye irani khabar nadareh" (No One Knows About Persian Cats), del director dos veces premiado con la Concha de Oro, Bahman Ghobadi, que recibió con esta película el premio especial del jurado de la sección Un Certain Regard.

También se proyectarán en San Sebastián algunos de los filmes más importantes de la temporada presentados en la sección oficial del certamen galo. Es el caso de "Destino: Woodstock", de Ang Lee; "Vengeance", de Johnnie To; "Mother", del coreano Bong Joon-ho; y "Yuki & Nina", de Nobuhiro Suwa e Hippolyte Girardot.

El cine de Woody Allen volverá al festival, con su nueva comedia, "Si la cosa funciona" que inauguró el pasado Festival de Cine de Tribeca, y supone su regreso a Nueva York después de cuatro películas consecutivas rodadas en Europa.

Finalmente "Los límites del Control" de Jim Jarmusch, uno de los grandes directores del cine estadounidense contemporáneo, será otro de los títulos que se proyectará estos días en el festival.

Yo no pienso perderme algunas de estas películas, que me parecen cita obligada, como son la de Ang Lee, la de Ghobadi, y por supuesto la de Woody Allen.

No he mencionado a la estrella de esta edición del festival para dejarle para el final.

Un Brat Pitt solo, llegó a la ciudad de Donostia, guapo y cachas donde los haya, con una barba extraña ymuy poblada, que a nadie quedaría bien excepto a él. Llegó en su jet privado que condujo él mismo (es ya lo que le faltaba) y las dejó a todas locas, firmando autógrafos por doquier y derrochando simpatía.

Dime, Angelina, dime, ¿cómo le dejas venir solo a estas tierras...? ¿Es que acaso crees que nadie, como tú, sabrá conquistarle...? Pues tiene que ser eso. Después de varios años juntos, han formado una familia numerosa que puede con todo, incluso con los rumores de una crisis que constantemente les acecha pero que nunca parece alcanzarles, y yo, que quereis que os diga, me alegro por ellos.

Benicio, grande.

Perdonadme por cortar el relato de mis vacaciones, pero tengo necesidad de compartir con vosotros este título. Una película que no vi en su día y de la cual acabo de disfrutar, desde mi sofá. Aún estoy llorando, y no quería dejar para más tarde el recomendárosla, todavía con la emoción entre mis manos mientras tecleo estas letras.

¡PUXA ASTURIES!

Disponíamos de solo cinco días de vacaciones, así que salimos un martes, a las 7 de la mañana, haciendo la parada importante en León..., ya sabéis, un buen desayuno, un cafetito y un pito. (Después de 6 meses sin probar el tabaco llevaba yo unos días tonteando con él. Pero ahora ya no, lo prometo)

El caso es que llegamos a Soto de Luiña un poco antes de la una del mediodía. Conozco este pueblo a través de una de mis hermanas que lleva muchos años yendo por allí. Pertenece al Concejo de Cudillero y está muy cerquita de este pueblito tan conocido.

Con una temperatura de 22-23 grados, dejamos las cosas en el hotelito y nos lanzamos a la playa. A 2 km. de este pueblo está la playa de San Pedro de la Ribera, donde además hay un camping y está habilitada con todo lo que puedas necesitar, aseos, duchas, chiringuito..., pero nada que ver con las playas del levante. (Con todos mis respetos, que también me gustan. Sin ir más lejos voy casi todos los años a Guardamar del Segura, en Alicante, como ya sabeis).

Pues bien. Una playa de un kilómetro y medio más o menos de larga y entre dos montañas absolutamente verdes y frondosas. Eramos unas seis personas cuando llegamos. Además tiene bandera azúl. Nos acomodamos y pasamos allí el resto de la mañana hasta eso de las tres y media que nos entró la gusa y nos fuimos a comer a un sitio que nos habían recomendado: "El Rosal". Esta casa de comidas está en San Martín de Luiña, a dos o tres kilómetros de Soto y se come muy bien y a un precio muy razonable. ¿Y qué fué lo que comimos...? Ummm..! Todavía estoy relamiéndome. Un pote asturiano fantástico, con sus berzas, su patata, su chorizo y su morcilla y su lacón. Pedazo de perolo en el centro de la mesa para que te sirvas cuanto quieras, y ¿de segundo...? Sí, es que hubo segundo. Pues unos huevos con picadillo y patatas fritas. Imposible que nos lo comiéramos, pensaréis, pues no señor, cayeron. Y de postre, podías elegir entre unas filloas, o tarta de queso con arándanos, o natas con miel, y como habíamos comido poco y ligero, elegimos las natas con miel, que es la cosa más rica que yo jamás probé.

¿A que os habéis quedao pasmaossss?

Os seguiré contando, que voy a por la sal de frutas...